Cuando nos referimos a la bendición espiritual estamos hablando del estado de gracia del cristiano cuando la plenitud del Espíritu Santo es derramada sobre él; cuando él es el foco de las atenciones de Dios para un servicio especial.
Hay una infusión de las virtudes divinas y, claro, una inmediata transformación en su ser al punto de no reconocerse a sí mismo, ya que el carácter del Señor Jesús viene a ser parte del suyo. Hay un cambio completo en su modo de actuar delante de toda y cualquier circunstancia en la vida; su cuerpo pasa a ser el templo e instrumento del uso particular del Espíritu de Dios.
De todas las bendiciones de Dios, la más expresiva, significativa e importante es el reconocimiento del bautismo con el Espíritu Santo. Sin Él es casi imposible seguir al Señor Jesús; para que entiendas esto, con o sin Él podemos incluso amar al Señor Jesús, aceptarlo como Señor de nuestra vida; en fin, teóricamente acatar toda Su Palabra. Sin embargo, asumir una postura de acuerdo a su voluntad como "perdonar 70 veces siete", "dar la otra mejilla", "caminar otra milla" y cosas de esa naturaleza, es realmente muy, pero muy difícil.
El bautismo con el Espíritu Santo le da la capacidad necesario al cristiano para hacer aquello que jamás haría si no tuviese la plenitud de Dios obrando en su interior; porque no es fácil tener que perdonar a la misma persona todas las veces que ella se equivoque contra nosotros; solamente el bautismo con el Espíritu Santo puede hacer eso posible.
Además, este bautismo significa el sello de Dios en nuestra vida y que somos propiedad particular de Dios, tal como el apóstol Pedro afirma: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su Luz admirable" //1 Pedro 2.9//
¿Qué pasa a partir de ese bautismo en la persona? La 2º parte va a empezar hablando de esto.
Que tengan un excelente fin de semana, Dios los bendiga!!!
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