Retomemos un poco con la 2º parte. Básicamente, cuando uno está enfermo tiene dos opciones: o buscar su sanidad a través de la medicina o buscar su sanidad recurriendo a la fe. Si elige la segunda opción, muchas veces es considerado como loco o fanático por sus seres queridos, pero el resultado es siempre positivo, porque la Palabra de Dios, el Nombre del Señor Jesús y el Espíritu Santo no pueden fallar.
Veamos un ejemplo: si alguien tiene cáncer está desahuciado por la medicina; su caso está irremediablemente perdido. En esa situación, ¿cuál debe ser la actitud de la persona delante de Dios con relación a su caso? Partiendo del principio de que su fe solo está en la Persona del Señor Jesús y Él está en primer lugar en su vida, siendo más importante que todo el mundo, entonces ella puede rasgar su corazón delante de Dios diciendo: "el Señor realmente es mi Salvador, Señor y Dios; es el primero en mi vida". Así, estará en condiciones de exigir de Dios una solución para su caso.
A partir de esa convicción de fe, ella empieza a tomar posesión de todas las promesas de Dios apoyándose especialmente en la sanidad divina, diciéndose a si misma: "si el Señor Jesús tomó nuestras enfermedades y cargó nuestros dolores, Él llevó mi cáncer. Como la Palabra de Dios no puede mentir, entonces este cáncer es una mentira del diablo en mi vida. ¡Yo no lo acepto en el Nombre de mi Señor Jesús!"
A partir de ese momento, absolutamente convencida de que ya ha sido curada, por la fe en las promesas de Dios y en el Nombre del Señor Jesús, ella comienza a despreciar todos los síntomas de aquella enfermedad. Empieza a hacer todo lo que no podía realizar porque está segura de que no tiene nada más. Su única certeza está puesta en lo que está escrito en la Palabra de Dios, ¡y de ahí no se mueve! Aunque los seres queridos intenten convencerla de que la enfermedad existe, aunque los estudios sigan dando "positivos", aun así, ella no cree en ningún síntoma: solo en las promesas de Dios.
Entonces, ¡eso es fe en acción! Por supuesto que la persona debe estar absolutamente segura de que la Palabra de Dios no puede fallar, (si hay duda, por más mínima que sea, no habrá sanidad) y que el Espíritu santo tiene que confirmar Su Palabra. Tiene que rechazar todo tipo de preocupación, al contrario su confianza debe estar en la Palabra de Dios, porque solamente la Palabra de Dios es capaz de estimular la fe sobrenatural, positiva y activa.
Dios bendiga a todos de forma abundante!!!
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