Mucha gente quiere resolver sus problemas pensando que esto hará posible la transformación, y la verdad es totalmente opuesta, si creés, bien; si no creés, paciencia.
¿De qué sirve resolver un problema económico, por ejemplo, y seguir con odio, amargura o tristeza en el corazón?
¿De qué sirve tener una familia bien constituida y no tener paz dentro de uno?
Estas preguntas son para pensar, meditar y en esta semana hacer un sacrificio para que suceda esta transformación.
Es obvio que hay que sacrificar, para conquistar lo duradero y lo que importa de verdad hay que sacrificar, en cambio, para las cosas que no tienen valor no hace falta sacrificar.
Para que esta transformación suceda, solo teniendo el Espíritu de Dios dentro de uno; por eso tenés que buscar primero el Espíritu Santo, antes de la solución de cualquier problema. Para esto es necesario sacrificar, sin sacrificio no hay transformación.
Quizás no entiendas mucho de este tema, pero no es necesario entender mucho, tampoco hay que sentir nada, solo es cuestión de tomar conciencia de la importancia de uno ser transformado y buscar esta transformación, solo así es que toda la vida va a cambiar, y cuando digo toda la vida no me refiero a la solución de problemas circunstanciales, sino una vida con calidad y abundancia y más adelante la vida eterna, de ninguna manera pretendo engañar a nadie, ese no es mi objetivo, mi objetivo es ayudar a todos; claro que ni todos quieren ser ayudados, los que de verdad guardan esta palabra y la ponen por obra serán muy bendecidos porque es una promesa que el propio Dios hizo.
En esta semana vamos a seguir con este tema.
Dios los bendiga de forma abundante!!!
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